Por Claudia Echeverría Editora Faro Films Blog
Después del partido de México en que Argentina ganó, mi hijo volvió a la casa feliz y me dijo con una sonrisa: «Qué lindo es ser argentino…»
Esa frase me impulsó a reflexionar y tratar de entender por qué en este Campeonato Mundial la hinchada argentina se convirtió en un fenómeno en las redes antes, durante y al final del torneo. Tal fue así que los argentinos en el exterior se manifestaban en la calles de Madrid, Barcelona, París, México, Uruguay, Chile y Bangladesh e incluso los árabes en Qatar también fueron partícipes de esta fiesta latina al ponerse la camiseta albiceleste, entonar sus canciones y rezar para que la “Scaloneta”, se llevase la Copa del mundo a casa.
¿QUÉ TIENEN? ¿POR QUÉ SON LA MEJOR HINCHADA?
RESPIRAN MUNDIAL
Nací en Chile, viví en Estados Unidos y ahora resido en Argentina y puedo decir que nunca viví tal fanatismo. Los partidos de la Selección paralizaron al país. En la calle no se veía un alma. Nunca llegué tan rápido a la Av. 9 de julio como el día del partido con Arabia Saudita, cuando hice 50 km en 45 minutos. No había «un alma»: la autopista panamericana vacía y los locales estaban todos cerrados. En todas las oficinas, industrias, colegios, estaciones de servicio, organizaciones públicas y hospitales hubo una pantalla para poder ver el partido. En todos los canales de tv y radio el único tema era sobre el Mundial. Hacían encuestas preguntado a la gente en la calle si preferían bajar la inflación o ganar el mundial y la mayoría elegía la Copa.
FUTBOLEROS DESDE QUE NACEN
Me atrevería a decir que todos los argentinos son hinchas de algun equipo de fútbol. Adoptar una camiseta es parte de la construcción de su identidad. Y si no tenés te “obligan” a buscarte uno. Eso me pasó cuando llegué a vivir aquí, y me preguntaban de qué equipo era. Tanto me preguntaron que me vi obligada a adoptar a San Lorenzo, el equipo de mis hijos.
Esta hinchada nacional no está conformada solo por adultos o jóvenes, sino que también la conforman los niños del país. Cuando nace un bebé siempre el papá algún pariente o un amigo llega con una camiseta de fútbol en miniatura de regalo para el recién nacido. Ese día comienza su identidad futbolera. Y lo mismo pasa con las mujeres que cada vez son más fanáticas y se las ve no solo hinchando a la selección, sino practicando el deporte cada vez más chicas. Ellas hoy se han ganado su espacio para ser jugadoras, árbitros, comentaristas, relatoras deportivas y corresponsales mundialistas. En Qatar las mujeres se destacaron por hacer notas de prensa diferentes o por ser comentaristas de los partidos en la TV Pública y TyC Sports, algo que no se había visto nunca antes en un mundial.
Imposible no hablar del insólito fanatismo de Bangladesh, país sudasiático, donde surgió una devoción por la selección inusitada. Miles de personas se agolpaban en las calles para ver los partidos de Argentina en en pantalla gigante usando la camiseta. Según dicen este amor surgió a partir de Maradona que venció a los ingleses, país que los sometió a lo largo de su historia.
SON LOCOS DE AMOR
Aman a sus ídolos a su equipo y al futbol. Son capaces de todo para estar cerca. En plena crisis económica con una inflación desbordada no se explica que tantos argentinos viajaron a Qatar. Y no hablamos de gente rica. Muchas personas de clase media se endeudaron y pagaron pasajes que costaban desde 2.000 dólares hace un año hasta casi 5.000 dólares en los últimos días para llegar a ver la final, a lo que hay que agregar el costo de las entradas iban desde 800 a 3.000 dólares en efectivo, una fortuna para la mayoría de los argentinos.
En los de noticias se puedo ver gente de todos los estratos sociales, de distintos barrios de Buenos Aires y de todas las provincias y pueblitos del interior en los aeropuertos. Grupos de amigos, familias, padres e hijos que ahorraron cuatro años para viajar, muchos que se endeudaron, y otros que llegaron a vender su auto o que perdieron el trabajo para viajar a Qatar. Personas que se fueron solas tras un sueño, otras que viajaron junto a 100 compañeros como hizo un grupo de mujeres futboleras que se organizaron haciendo hasta rifas para poder ir todas juntas.
SON ALEGRES, CONECTADOS Y CON CERO TEMOR AL RIDÍCULO
En Qatar cantaron todo el tiempo en el estadio, en las calles, en el subte, en los shoppings, en los aeropuertos, en los aviones. Eran los primeros en llegar a los estadios y los últimos en irse. No había cómo echarlos. Se sumaron a todas las invitaciones que les hicieron los Qatari. Fueron a sus casas, incluso algunos se quedan alojar. Algunos jeques, simpatizaron tanto que les regalaban asado para las parrillas callejeras que improvisaban, hasta entradas para algún partido .
En los banderazos incluyen a todos sin importar la edad, raza o país. Un grupo en Buenos Aires se cruzó a una abuela que salió a festejar con una bandera y nació el famosa cántico abuela lalala de Liniers. Esto se repitió en Rosario en la calle frente a la ventana de la casa de la abuela de Messi. No tienen temor al ridículo. Se emocionan y lloran sin vergüenza. Hasta Scaloni se emociona. Cuando celebran se besan y abrazan sin vergüenza, con todos, hasta con el desconocido que está al lado en la fan fest o en el estadio. En Doha, Qatar un grupo de argentinos en el subte se pusieron a cantar canciones a un bebé árabe que lloraba. Y una joven argentina le enseñó a un Qatarí a bailar cuarteto. Y gracias a la difusión en redes de la foto de un anciano sentado en una silla frente a una vidriera mirando el partido en un TV gigante, se logró que una marca le done un televisor al anciano solitario. ¿Cómo no quererlos?
Las cifras extraoficiales hablan de más de 40.000 argentinos en la primera fase, muchos de los cuales se quedaron improvisadamente a medida que la Selección Argentina fue avanzando en la competencia, viviendo al día. Para la final se sumaron más 20.000 fanáticos que llegaron desde Argentina, Europa y Estados Unidos, los que seguro hoy no se arrepentirán jamás la locura de viajar y ver la final más espectacular de la historia del Mundial, dicho por el presidente de la FiFA
AMAN A MESSI
Esto no pasó con Maradona. Él tuvo –y tiene- fanáticos y detractores, sobre todo por su vida privada. Para muchos no era un ejemplo. Messi en cambio es un ejemplo para todos. Tranquilo, humilde, de bajo perfil, respetuoso, valiente, sencillo, familiero, buen amigo, hombre de fe, que no tiene temor de confesar que el don que tiene se lo debe a Dios y que él trata de hacer lo mejor que puede para honrar ese don.
Toda la Argentina quería que Messi ganara la copa que le fue esquiva hasta ahora. Este fue su 5to mundial.Se lo merece por la danza que despliega en la cancha, pero sobre todo por la persona que es y por cómo quiere al país.
En definitiva, lo que hace esta hinchada tan única es que irradia amor, amor por su equipo y especialmente por su líder, y eso contagia a propios y ajenos convirtiéndolos así en la mejor hinchada del mundo.Ese título lo ganaron con creces.