Día del Periodista: “Nuestra profesión y la verdad en terapia intensiva» (Editorial)

Por Claudia Echeverría ( periodista, Directora de Comunicaciones de Faro Films)

Algunos dicen que con la inteligencia artificial  y el chat GPT,  los periodistas tenemos los días contados. Y peor aún, otros auguran que con las nuevas tecnologías y su  capacidad de simular, alterar voz, imagen y recrear lo que quieran en la pantalla, la verdad será inalcanzable y deshumanizada, algo que no podemos dejar que ocurra.

No tengo duda que el periodismo y los medios de comunicación masiva han sido de lo ámbitos mundialmente  más negativamente afectados con este tsunami de la inteligencia artificial. Si bien en los  80’s y 90’s perdimos altas cuotas de libertad periodística cuando “la elite” económica mundial compró los holdings de medios y agencias de noticias, y empezaron a limitar la información mundial a sus intereses, ahora la situación es mucho más grave.

Lo preocupante es que hoy lo que está en juego no es la credibilidad del medio, sino el acceso a la realidad, a la verdad relatada desde el propio hombre y no desde un ordenador.  Ahora con la información en manos de la IA,  nadie tiene certeza si lo que dicen que pasa, sucede realmente, o si la máquina puede interpretar los hechos como un humano con todo lo que eso significa.

El periodismo nació como una necesidad al vivir en comunidades cada vez más grandes. Alguien tenía que contar las historias del grupo, relatar y explicar lo que pasaba.  Hasta hace no muchos años, los periodistas íbamos al lugar de los hechos, salíamos a la calle con un grabador y un fotógrafo, éramos testigos de la realidad y de sus protagonistas. Hoy lamentablemente la mayoría de los jóvenes cronistas reportean a través de sus celulares o desde los escritorios de una redacción. Dicen que por un tema de practicidad y costos, ya no se  “hace calle”. No pisan el lugar de los hechos por lo que difícilmente pueden observar y percibir la realidad cabalmente.

Actualmente la mayoría de las notas se hacen desde el estudio por sistemas como streamyard,  hablando con el entrevistado que está en otro lugar y al que se lo ve en una imagen plana, que no te da más data que eso y,  solo si la noticia amerita, se lo invita al set de grabación.

Tengo que decir que esto no solo ha socavado la calidad de la información y provocado cierta desilusión entre los jóvenes egresados, que quizás soñaban con una profesión con menos rutina, más aventura y adrenalina. Recuerdo una nota que hicimos en Valorar Radio a un académico universitario que comentó que muchos egresados de periodismo, emigraban de su primer empleo al no cumplir con las expectativas idealistas  frente a lo que es actualmente el ejercicio de esta profesión.

Una encuesta realizada  a 1500 profesionales en 2020 por la app norteamericana ZipRecruiter, preguntaba cuáles eran las carreras universitarias que lamentaban haber cursado. El resultado fueron las carreras  de humanidades. Tristemente encabezó el ranking Periodismo, la cual obtuvo un 87 % de arrepentimiento de los encuestados, seguido por Sociología con el 72 %, Comunicación Social y Educación con el mismo porcentaje de 64%. Cabe señalar que en los factores que  respaldaban sus respuestas destacaban la falta de oportunidades, expectativas y la baja remuneración.
Por mi parte, me animo a decir que en el caso de Argentina y Chile donde he trabajado, la falta de inversión de las empresas del rubro en hacer periodismo de investigación para dar luz de situaciones de injusticias o progreso para los individuos, hace que el periodismo no sea tan determinante a la hora de lograr cambios sociales.

No obstante volviendo al tema inicial, creo que la prensa no debe ser realizada por ordenadores nutridos de algoritmos por más eficientes que sean. Creo que la tecnología es incapaz de reemplazar al ser humano en su capacidad de percibir e interpretar la realidad social de los individuos en toda su riqueza, necesidad y expresión. Una máquina jamás podrá sentir las emociones ni contar lo que fue para mi como periodista cubrir la explosión en la Embajada de Israel, entrevistar a Paul McCartney, cubrir una una gira papal.

La inteligencia artificial podrá tener toda la  técnica, la data y la estadística, pero jamás tendrá humanidad.  

Compartir