Por Claudia Echeverría ( periodista, editora Faro Films)
En Buenos Aires el día pintaba nublado, feo, pero finalmente el sol se abrió paso e iluminó una Marcha por la Vida de esas memorables. Con cerca 50 mil almas, de todas las edades, orígenes, bolsillo, colores políticos y credos, UNIDOS bajo el deseo más noble de todos: DEFENDER LA VIDA. Esta Marcha se replicó en diversas ciudades del país con el mismo espíritu.
Tras una año con ley de aborto, muchos pensaron que no íbamos a ser muchos marchando, que estábamos cansados, caídos. Eso al menos imaginaron los editores de Medios televisivos y de prensa que salvo muy pocos, brillaron por su ausencia. Hoy al no polemizar, no estar en el debate público al rojo vivo, al no poner plata en la pauta, no somos “noticia”. Pero esto no significa que no hacemos cosas noticiables para cualquier medio serio que busca mostrar la realidad sin una agenda predeterminada. De hecho somos la noticia deseada por cualquier medio que busca el bien común.
LAS NOTICIAS DESEADAS
Una noticia es que debemos ser de las pocas marchas masivas, sino la única, que no se va por plata, por una paga, se va por amor a la causa.
Otra noticia es que es la Marcha multitudinaria más pacífica que hay a pesar de reunir gente de distintos sectores económicos, políticos y sociales y de tan diferente rango etario. En la caminata se respira paz, nadie va apurado, ni busca adelantar al otro para estar en los primeros lugares. No hay altercados. Eso explicaría la poca presencia policial que pone al gobierno a diferencia de otras marchas o actos masivos en los que blinda un sector de la ciudad.
Otra curiosidad es la alegría que se respira en el ambiente. Se ven muchas familias, chicos, madres con cochecitos, muchas personas de la tercera edad, jóvenes con sus amigos. Todos van felices conversando con propios o desconocidos, otros van cantando, otros rezando o en silencio.
Otra realidad digna de ser noticia es el respeto con que se escucha a los oradores del evento, a pesar de no ser conductores famosos, o artistas reconocidos por el público. Por el contrario, casi siempre son desconocidos héroes de la vida cotidiana que en su trabajo o realidad han defendido la vida. O bien son víctimas de Injusticias relacionadas con la vida y la muerte.
Este año impactó el testimonio de un veterano de Malvinas, un grupo tan postergado, siendo que arriesgaron la vida por su bandera, hace justamente 40 años, y aún no vemos actos de reconocimiento de parte del Estado para con ellos. Otro gran testimonio fue el de Verónica Camargo, una madre sufrida y valiente cuya hija fue asesinada por el novio por quedarse embarazada y no querer abortar. Un Historia que dio origen a la marcha Ni una Menos, y cuya causa fue arrebatada por el feminismo exacerbado que se la apropió, lo que obligó a Verónica a retirarse, ya que está en contra del aborto que allí se pregona. Para peor, pese al paso de los años, Verónica aún no logra de la Justicia un fallo justo y el asesino de su hija podría quedar libre.
Y por último otro valor a rescatar de esta Marcha es que pese a que las diferentes organizaciones provida no coinciden todas en los criterios o formas de hacer justicia por la causa, hay que destacar que siempre se unen para apoyar las iniciativas que otra entidad organiza, porque la causa es más importante que las personas que las lideran.