Por Claudia Echeverría ( Enviada especial de Faro Films a Chile)
El domingo en Chile “ganó el sentido común”. Esta fue la frase que más escuché entre la gente que celebró y en los medios de comunicación y periodistas respecto a los resultados del plebiscito para aprobar o rechazar la propuesta constitucional.
Por primera vez en una década votaron 13 millones de chilenos. El resultado fue contundente 62,3 % por el rechazo y 37,8 % por el apruebo.
Y justamente de sentido común quiero hablar en esta crónica, siendo el domingo una testigo de los hechos acontecidos en Chile.
Soy chilena radicada en Argentina. Viajé especialmente a Santiago para participar de esta elección histórica. Votar una nueva Constitución es un hecho “extraordinario” para cualquier país y para sus miembros, ya que determina los principios básicos y valores que sustentan a una nación por muchísimas generaciones. No es menor que esa carta magna decidirá posiblemente la vida de mis nietos y bisnietos.
LAS CIRCUNSTANCIAS DEL RETORNO DEL SENTIDO COMÚN
1.El regreso a la obligatoriedad de votar. Hace 10 años en Chile el voto es voluntario. De hecho, en la última elección que eligió a Gabriel Boric como presidente, votaron 7 millones de personas aproximadamente. Y en esta elección votaron 13 millones, es decir, que cerca de 6 millones de personas , no participaban de las decisiones trascendentes del país.. Los motivos pueden ser muchos: vivir lejos del lugar de votación, enfermedades, falta interés o desencanto en la política, falta de representatividad o simplemente desidia.
La decisión del voto libre y voluntario fue promulgada en enero del 2012 por el Presidente Sebastián Piñera, inspirado en un deseo de su gobierno, no por una demanda ciudadana. El quiso que el voto fuera de genuino interés y no obligado, bajo la amenaza de sanciones o multas a quienes no votaban. Y de esta manera convocar a los jóvenes, quienes estaban reacios a inscribirse en los registros electorales y de involucrarse en los designios de su país.
A la luz de los resultados del domingo, la decisión de Piñera lo que provocó fue lo contrario, en vez de acercar a la juventud y al resto de las personas a la responsabilidad cívica, los alejó, provocando un desinterés y hostilidad por lo público, hecho que fue en aumento con el pasar de los años. Asimismo, terminó dañando la legitimidad de muchas elecciones, ya que al votar menos gente, con resultados tan estrechos, le restaban representatividad a los ganadores. Y por otra parte, se demostró que cuando el voto es voluntario quienes votan son los extremos y no las personas del centro, que no votan porque no se sienten representados por ninguno de los candidatos. Ejemplo de esto fue la última elección presidencial, Gabriel Boric (izquierda) versus José Antonio Kast (derecha).
En definitiva, los resultados arrojaron que la gran mayoría tiene una tendencia de centro y no extremos..
Este voto masivo también fue favorecido por un proceso de relocalización realizado por el SERVEL (Servicio Electoral de Chile) que facilitó que los votantes emitieran su voto en el local más cercano a su casa en su comuna de residencia.
2. El “sin sentido” de la propuesta Constitucional de la Asamblea. Lo cierto es que desde el día 1, en la sesión inaugural entre los 200 constitucionales se vivió un ambiente de discordia. Y más tarde lo que se vislumbró es que una mayoría de constituyentes, no llegaron al cargo para aportar su sabiduría o experiencia humana o profesional al bien común de los chilenos, sino que llegaron con agenda propia. Muchos de ellos marcados por su propia historia, llegaron a imponer sus temas, sin importar el armado de una agenda común, sino solo la consecución de su objetivo. Casos como estos son: los pueblos originarios que querían reivindicación territorial, los del aborto que querían aborto legal, los que habían padecido cáncer, que querían cambiar la salud. Otros querían cambiar la bandera, el idioma, el himno, temas que no necesariamente eran prioritarios. Pero lo más desconcertante fueron los métodos para imponer agenda, como el desnudo de una mujer en pleno reciento para mostrar el cáncer de mama o una mujer disfrazada de dibujito animado o un hombre que mintió para obtener el cargo, diciendo que tenía cáncer.
Otro tema que fue un “sin sentido” fue lo que la asamblea hizo con el referéndum público que se realizó para saber cuáles eran los temas más importantes para la población. En esa encuesta hubo 78 iniciativas finalistas con más de 15 mil firmas. Las dos más votadas fueron: “Con mi Plata NO”, referida a los fondos de pensiones y “Mi derecho a Educar”, acerca de la libertad de enseñanza. Estas iniciativas increíblemente no fueron consideradas en la nueva propuesta constitucional al igual que otras que estaban entre las 10 más importantes como la Familia como la célula fundamental de la sociedad.
Todas estas faltas de consideración respecto de los deseos de la ciudadanía, sumado a los escándalos y peleas que permanentemente se suscitaban en el recinto, y al despilfarro del dinero público con los aumentos de sueldo de los constituyentes, se tradujo en una desilusión de la ciudadanía. Y finalmente los chilenos terminaron por rechazar la nueva constitución por estar mal hecha, por no interpretar la verdadera identidad de Chile, las necesidades de la mayoría y priorizar una agenda izquierdista que eligió privilegiar a los pueblos originarios (minoría) en su propuesta.
3. DATO MATA RELATO
Otra dato que no circuló tanto, pero que es determinante, es que solo en 8 comunas de las 346 comunas de todo el país ganó el apruebo ( Isla de Pascua, Juan Fernández, San Antonio, Maipú, Ñuñoa, Pedro Aguirre Cerda, Puente Alto, San Joaquín). Este dato mató el relato que venía construyendo la izquierda que daba a entender que con la elección presidencial de Gabriel Boric, el proyecto político de la izquierda progresista, era mayoría en Chile. Y que por eso el apruebo le ganaría al rechazo que representaba a los ricos, a la derecha chilena.
Otro dato relevante que solo puede descubrir un ingeniero como mi amigo chileno Andrés López señala que, Gabriel Boric en la segunda vuelta presidencial, sacó 4 millones, 620 mil votos aprox y votaron 8 millones. Y casualmente el apruebo ahora sacó 4 millones 800 mil y votaron 13 millones. Si hacemos una análisis de estos datos se puede ver, curiosamente, lo cercano de los resultados, lo que se podría interpretar a la luz de los números , que al APRUEBO votó el mismo núcleo duro de la izquierda que llevó a Boric al sillón presidencial.
Finalmente, el resultado de este plebiscito demostró que en esencia, Chile no es un país de extremos. «Ni derecha, ni izquierda» como señaló en un twitt (arriba) de una ciudadana. El rechazo no fue el triunfo de los ricos, sino que fue la voz de los millones de chilenos de la clase media silenciosa. Personas moderadas que desean un Chile unido donde se pueda vivir tranquilo. Y que sea liderado por un gobierno y políticos sensatos que puedan llevar adelante la concreción de una nueva Constitución Nacional que apele al sentido común. Este es el sueño que no hay que renunciar.
Faro Films Prensa